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La labor del Jefe de Proyecto (Project Manager) está plagada de paradojas, paradojas en cuanto que él mismo debe desempeñar a la vez dos roles, dos situaciones o dos posiciones enfrentadas con lo que debe gestionar lo que parece a priori un sin sentido.
Vamos a ver las paradojas que nos propone Scott Berkun en su libro Making Things Happen: Mastering Project Management. La verdad que el libro merece la pena, si uno está interesado en la gestión de proyectos, y creo que no será el último artículo que escribiré basado en él.
Desde aquí quiero agradecer la recomendación de su lectura que me hizo, en un comentario al artículo 6 Defectos y 3 Virtudes para aprender de Pesadilla en la Cocina (o Hell’s Kitchen) en la Gestión de Proyectos, Angel Gavín (cuyo blog El Miracielos recomiendo).
Ahora vamos a hablar sobre las paradojas que creo nos va a resultar un tema interesante de comentar. En inglés literalmente Scott las indica como “The balancing act of Project management” o los Malabarismos de la Gestión de Proyectos aunque me gusta más titularlo las Paradojas del Jefe de Proyecto por el contenido que tiene.
La cuestión es que un Jefe de Proyecto (Director de Proyecto, Project Manager) debe equilibrar la acción de pares de situaciones o roles que son opuestos, ya que no siempre deberá actuar de la misma forma. Dicha capacidad o mejor dicho, dicha necesidad de actuar de formas opuestas es lo que hace que la labor del Jefe de Proyecto sea tan complicada y más complicada la tarea de elegir un Jefe de Proyecto perfecto con unas capacidades idílicas.
Como encontrar un jefe de proyecto que sea capaz de equilibrar todas las situaciones en su justa medida es prácticamente imposible, lo importante es que conozcamos cada una de esas situaciones para que estemos preparados para poder determinar de qué forma debemos actuar en cada una de ellas.
Veamos dichas paradojas:
El jefe de proyecto debe tener su ego que es el que le da impulso para seguir con su trabajo de una forma eficaz y debe limitarlo para no alejar a su equipo.
El Yo nos da el impulso de seguir adelante pero el Equipo es el que nos permite conseguir el objetivo.
En fases posteriores del proyecto el orden y la precisión son muy importantes.
Por tanto el jefe de proyecto tiene que tener la capacidad de saber cuándo vale la pena buscar la perfección y cuando es suficiente una solución de contingencia.
Un jefe de proyecto debe reconocer en cada momento cual de los tipos de comunicación puede ser el más efectivo para sus objetivos: escrita u oral.
Podríamos resumir que se debe ser valiente pero sin ser temerario es decir siempre hay que evaluar y controlar los riesgos.
El Jefe de Proyecto debe creer en lo que hace para transmitirlo al equipo pero debe poner en duda todo para conocer el estado real del proyecto y mejorarlo.
¿Estás de acuerdo con las paradojas del Jefe de Proyecto?
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Hola Julián, este y otros artículos que nos compartes son muy enriquecedores, aportan mucho a nuestras gestiones de proyectos, inclusive desde cualquier posición en la que estemos involucrados. Súper interesantes, continúa así y mil gracias. Saludos líder.
Muchas gracias Alenxander!
un saludo.