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2015
Un secreto llamado efecto Pigmalión: Si Crees en TI moverás la Montaña
Léelo aprox. en 4:57 minutos.
Hoy te traigo la demostración científica de que si crees en tí mismo serás capaz de lograrlo todo (bueno o casi todo) se llama el efecto Pigmalión.

El efecto pigmalión lo podemos definir como la influencia que causa la creencia que tiene una persona sobre su rendimiento o el rendimiento de otros.
Generalmente se mira desde dos aspectos:
- Desde quién lidera un grupo respecto a los que son liderados. El pensamiento del líder sobre la capacidad de su grupo afecta al rendimiento que se obtiene de dicho grupo.
- Desde una persona sobre sí misma. Como de capacitada se crea una persona a sí misma, influye finalmente en su rendimiento para hacer la tarea.
El Efecto Pigmalión tiene dos caras.
La buena es la que permite potenciar la capacidad de un equipo esperando mucho de él y motivándoles: sois muy buenos, sereis capaces de lograrlo.
La mala es la que permite despreciar a un grupo y éste bajará su rendimiento pensando que no es capaz de hacer nada aunque realmente sí lo sea.
En 1968 Jane Ellyot llevó a cabo un experimento para el estudio del efecto Pigmalión. Su experimento trataba de demostrar que la discriminación sistemática de ciertas personas podría hacer creer a esas personas que eran peores que el resto sin serlo realmente.
Para ello, preparó un criterio de discriminación selectiva de una parte de su clase: dividió a los alumnos en dos grupos, por un lado aquellos que tenían los ojos azules y, por otro lado los alumnos que tenían los ojos marrones.
Esto es lo que les dijo Jane a los niños y niñas de su clase que tenían los ojos azules: sois más inteligentes y superiores, por ello tenían derecho al recreo y a repetir comida tantas veces como quisieran.
En cambio, a los chicos y chicas con ojos marrones les indicó que eran más lentos y menos inteligentes y debido a ello no podrían tener recreo ni repetir en la comida. Además éstos chicos deberían llevar un pañuelo que les indentificara como pertenecientes a ese grupo.
Aunque pueda parecer increible niños y niñas que habían sido buenos amigos hasta el momento se empezaron a pelear por el simple hecho de pertenecer a grupos diferentes (¿o no es tan extraño?).
Al día siguiente Jane cambió las tornas y los chicos y chicas de ojos marrones eran los inteligentes y privilegiados siendo, en cambio, los chicos de los ojos azules los más torpes y menos inteligentes.
Lo más significativo es que el grupo de ojos marrones realizó las tareas más rápido que el día anterior e incluso más rápido que los chicos y chicas de los ojos azules.
Luego lo que pensaban sobre sí mismos era más importante de lo que se podría pensar.
Al finalizar el ejercicio Jane Elliot explico a los niños que era un experimiento para mostrar lo injusto de la discriminación racial.
Robert Rosenthal y Lenore Jacobson realizaron otros experimientos a los que denominaron Pigmalión en el aula. En dichos experimientos se indicó a unos profesores de primaria que se habían realizado unos test para determinar las capacidades de los alumnos de sus respectivas clases. Como resultado del test les indicaron qué alumnos tenían las mejores capacidades y que por tanto obtendrían ese año las mejores calificaciones.
Pasados 8 meses los chicos indicados obtuvieron mejores calificaciones, destacaron del resto.
El resultado del experimiento fue un éxito ya que los test no se habían realizado sino que los chicos fueron elegidos al azar.
¿Sorprendente?
La conclusión fue que las expectativas que tenían los profesores sobre esos alumnos “más capacitados” hizo que el rendimiento de dichos alumnos aumentara.
Sí, hay gente que no le importa lo que piensan los demás y tienen claro qué quieren conseguir y cuál es su objetivo. Algunos ejemplos son:
- Enrico Caruso sus padres querían que fuera ingeniero y su maestro de canto le dijo que no tenía voz y que era incapaz de cantar, sobran los comentarios…
- Ludwig van Beethoven su profesor de violín le dijo que nunca sería compositor, acertó de pleno…
- Giuseppe Verdi no fue admitido en el conservatorio de Milán por su falta de técnica con el piano y por ser demasiado mayor. Este conservatorio terminó llevando su nombre.
Por tanto, queda claro que lo que más importa es lo que tú pienses de tí mismo o de tí misma y no sólo lo que opinen los demás.
El efecto Pigmalión podemos utilizarlo con respecto a nosotros mismos o con respecto a los demás.
Con respecto a nosotros mismos podemos ser un Caruso, Beethoven o Verdi y creer en nuestras posibilidades. Puede que lleguemos tan alto como ellos o no pero seguro que mejoramos nuestro rendimiento.
Con respecto a los demás podemos ser un director de proyecto, un Jefe de Equipo, un Líder que ayuda a su equipo a desarrollarse, les motiva, les pone una meta y les anima a conseguirla, confia en su capacidad y demuestra que confía en esa capacidad. Esta confianza hará que nuestro equipo mejore su rendimiento.
¿Tu también Pigmalionizas?

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