La Calidad es Gratis

La Calidad empieza con las Personas y no con las Cosas, empieza por ti y es Gratis.

Lo que realmente cuesta es la no calidad, no hacer bien las cosas desde el principio cuesta mucho dinero: defectos en producción, caída del servicio, reclamaciones de los clientes…

¿Alguna vez te has subido a un andamio? ¿Me puedes contar lo que se siente? Yo te explico mis sensaciones: miedo, inestabilidad, inseguridad, mareo… Desde luego no es el hábitat más recomendable para trabajar.

No te dejes llevar por mis sensaciones, ni por las que puedas sentir ahora mismo imaginándote subido a un andamio construyendo el Empire State en Nueva York, hay mucha gente que desarrolla su actividad en esas condiciones. Mirar por la ventana de mi trabajo y poder ver la sierra de Madrid en estos momentos llena de nieve, depende en gran medida de ellos.

Me da la impresión de que no todo el mundo entiende lo mismo cuando hablamos de calidad. Te propongo analizar un simple ejemplo.

Hace unos cuantos años me tocó subirme a un andamio para pintar la fachada de un edificio de tres plantas. El trabajo lo realizamos entre dos personas, bajo la supervisión del jefe de proyecto.

Evidentemente el primer paso para poder pintar el edificio era montar el andamio. Yo me quedé un poco rezagado, para dejar paso a los profesionales, no era plan que desde el minuto uno se dieran cuenta del miedo que sentía por subirme a esa plataforma “segura”.

Aunque desde abajo todo parecía fácil y seguro, con anclajes, barandillas, escaleras interiores… yo decidí (no sin ayuda), colocarme correctamente el arnés. Mi compañero de proyecto, desde luego con mucha más experiencia que yo, sin miedos, ni temblores, subió sin arnés. Los dos empezamos a trabajar, ¿quién creéis que realizó el trabajo con más calidad?

Aquí he encontrado la prueba del algodón para los amantes de la no calidad, ¿qué sientes cuando escuchas que se van a reducir los costes de calidad?

Si trabajo en el área de calidad, me entra el mismo miedo que sentía subido al andamio. El primer pensamiento que llega a mi cabeza es que van a reducir el equipo de calidad, reducir costes de calidad implica en la mayoría de los casos, reducir costes del equipo de calidad.

Si trabajas en áreas que no son de calidad, incluso sientes un alivio, respiras profundamente y llegas a pensar (incluso a comentar): “Por fin me van a dejar hacer tranquilo mi trabajo”.

Se van a alegrar muy pocas personas al escuchar esta frase, pocos pueden gritar:

Aquí es donde encontramos la verdadera medida de la calidad, la métrica que todo el mundo entiende, la métrica que domina el mundo: “poderoso caballero don dinero”.

El verdadero coste de la calidad lo encontramos en todo lo que gastamos por hacer las cosas mal, por lo tanto aquí es donde debemos poner el foco en la reducción de costes.

¿Conoces los costes de tu empresa debidos a la falta de calidad? Es difícil saberlo si no se mide, es difícil saberlo si nadie lo comunica, es difícil saberlo si nadie lo quiere escuchar.

Con los datos en la mano, el título del artículo se queda corto. La calidad no solo es gratis, la calidad no cuesta, la calidad me hace ganar.

El lenguaje castellano es muy rico en vocabulario y los “amantes de la no calidad” te pueden poner muchas zancadillas. Suelen seguir conversaciones como esta:

• La calidad es algo bueno, ¿verdad?
• El error es inevitable, ¿verdad?
• Nadie hace el mismo trabajo que yo, ¿verdad?
• No se puede (o es muy difícil) medir la calidad, ¿verdad?
• En el fondo, la gente sabe como hacer las cosas, no le interesan los temas de calidad, ¿verdad?

Si has contestado a todas las preguntas con afirmaciones, que sepas que te has dejado atrapar por la araña de la “no calidad”.