Una herramienta para predecir el futuro: Los ejes de incertidumbre

¿Quién no necesita predecir el futuro? Todos, lo sé, todos necesitamos predecir qué es lo que va a suceder o, mejor dicho, necesitamos estar preparados para lo que está por acontecer. Por eso, hoy vamos a ver una herramienta que se utiliza en la predicción de futuros, si futuros, porque la realidad cuando sucede es una, pero cuando estamos pensando en ella es múltiple.

Es múltiple porque hay muchas alternativas que pueden suceder no una sola y por ello deberemos actuar con cada una de las alternativas antes de que sucedan, sino puede ser demasiado tarde. Si fuera un Cisne negro también, aunque en ese caso no tendríamos que preocuparnos. Lo que vamos a ver aquí es una herramienta que nos permita sacar a la luz posibles futuros plausibles sobre los que no hemos pensado.

Los ejes de incertidumbre, o Axes of Uncertainty en inglés, es una herramienta para confrontar dos posibles conjuntos de realidades, testar su probabilidad y definir que hacer con ellas.

Vamos a ver sus pasos uno a uno.

Lo primero que debemos identificar son las fuentes de incertidumbre externas a nuestra organización, a nosotros o al elemento que estemos evaluando. Para ayudarnos a identificarlas podemos pensar en distintas categorías y focalizarnos en encontrar las incertidumbres dentro de cada una de ellas como por ejemplo, Social, Económica, Tecnológica o Regulatoria.

Cada incertidumbre debemos definirla como las dos caras de una moneda. Por ejemplo:

Como segundo paso generamos una lista de incertidumbres internas, es decir incertidumbres sobre las que tenemos cierto margen para actuar sobre ellas. Son incertidumbres que podemos manejar en cierto grado. Por ejemplo:

Seleccionamos dos incertidumbres, una de cada grupo, y las enfrentamos en forma de eje, una en el eje X y otra en el eje Y.

Aquí podemos jugar con varias opciones en función del objetivo que persigamos. Podríamos enfrentar por ejemplo:

• Externa – Externa. Queremos pensar sobre elementos disruptores externos
• Externa – Interna. Queremos conectar incertidumbre externa con las específicas de nuestra organización
• Interna – Interna. Queremos ver las opciones tácticas y estratégicas que se pueden llevar a cabo

Hay que tener en cuenta que este ejercicio está bien para sacar a la luz futuros plausibles que no se nos hubieran ocurrido con antelación, es decir para sacar a la luz aquello que es posible, pero no lo hemos pensado. Por lo que poner en confrontación dos incertidumbres que no hubieras puesto nunca juntas es una buena práctica. Piensa por un momento que si es algo que ya has pensado y siempre se te habría ocurrido, seguro que ya has tomado alguna decisión para contenerlo o aprovecharlo, en función de que sea un riesgo o una oportunidad respectivamente.

Ahora tenemos que escribir un titular sobre cada uno de los cuatro cuadrantes que han quedado determinados. Los titulares deben escribirse como si ambas incertidumbres que se cruzan en el mismo hubieran sucedido. No tenemos que ser rácanos con las palabras 2 ó 3 líneas de descripción siempre están bien.

Pon una marca en cada cuadrante para que te ayude a tomar decisiones sobre cada uno de ellos. Las etiquetas deben ser del tipo:

• Oportunidad a corto plazo
• Oportunidad a largo plazo
• Riesgo a corto plazo
• Riesgo a largo plazo
• Riesgo Existencial

 
Una vez hecha la identificación ahora es momento tomar las acciones necesarias. Hemos identificado el futuro para conseguir convertirlo en realidad en el caso de las oportunidades o mitigarlo en el caso de los riesgos.

¡A por tus futuros!