Triunfar en el fracaso: El caso de la ginebra Puerto de Indias

¿Se puede triunfar con un fracaso? Pues la realidad es que si, como muestra hoy te traigo el caso de la ginebra Puerto de Indias. Toda una inspiración.

Hace unos años te contaba como la ginebra había creado su propio océano azul a través de una exclusividad y de una serie de liturgias alrededor de una copa. Especias, frutas secas, distintos tipos de aguas tónicas, cáscaras de cítricos, mango desecado y un sinfín de aderezos que habían disparado su consumo cuando antes había estado prácticamente a punto de desaparecer: El Gintonic es Innovación y es de color Océano Azul.

En el fondo traslucía un nuevo aura de entendido en materia espirituosa. Quien entendía sabía que todo aquello sumaba al sabor de la copa y te daba el estatus de sumo catador (aunque fuera para ti mismo en el salón de tu casa).

A este auge de la ginebra han surgido muchas marcas. Marcas de todo el mundo. Marcas con la intención de poder sumarse a ese carro ganador que tan buenos rendimientos ha estado y sigue dando. Y hoy quiero tratar el caso de una de ellas: Puerto de Indias.

Puerto de Indias es una ginebra producida dentro de la provincia de Sevilla en Carmona. No es una ginebra que siga los cánones de los más expertos degustadores, ya que se encuentra mezclada con fresas lo que la hace más fácil de tomar por la gente menos acostumbrada a las altas graduaciones del alcohol, ya que el sabor dulce ayuda al trago.

En sólo 4 años han pasado de vender 2.000 botellas a 6.500.000, de comenzar con 4 trabajadores a tener ahora 150.

Todo un éxito y como todos los éxitos no suceden por casualidad o ¿si?

En la crisis del sector de la construcción los hermanos Rodríguez (Los Paquilo, como son conocidos), adquieren la destilería más antigua de la provincia fundada en 1880 en la Finca de Brenes sita en Los Alcores de Carmona.

La destilería Anís Los hermanos prepara anís, pacharán y otro licores de producción propia. Quieren desarrollar más productos para su catálogo y piensan en frutas maceradas como se utilizan las pasas maceradas en anís en la Axarquía malagueña. Ellos eligen la fresa, ya que es una fruta muy utilizada en restauración, repostería y coctelería.

Se aprovisionan de fresas de la cercana provincia de Huelva, de Lepe, y comienzan a realizar una primera prueba. La prueba sale bien, aunque determinan que las fresas ideales son más pequeñas que las que han comprado (Huelva lleva a gala la venta del fresón una fresa enorme y muy rica).

Esperan pues al final de la temporada, mes de mayo, donde las fresas son más pequeñas para obtener las que necesitan.

Aquí entra el juego la calor, como decimos por el sur de España, superior a la adecuada. Las fresas dentro del alcohol maduran, se deshacen demasiado y el aspecto que tienen no las hace válidas para venderlas. Además el alcohol se transforma en una especia de melaza.

¿Qué hacer? Hay que buscar una alternativa.

La alternativa es intentar destilar enebro con el alcohol obtenido para así desarrollar una ginebra con sabor a fresas. No están orgullosos de su producto, pero les permite no tirar el alcohol. ¿Qué hacer con él? Lo regalan a sus clientes de restauración por la compra del resto de anisados y pacharanes.

La sorpresa es cuando los clientes empiezan a demandar el nuevo producto. Tanto que la empresa, ya vendiendolo a un precio razonable, pasa de tener una facturación de 200.000 euros al final de 2013 a los 3,5 millones de euros en 2016, llegando incluso a que el grupo inversor de EE.UU. HIG termine por adquirir una participación mayoritaria en la misma.

Los clientes con el boca a boca llevaron su producto de una ciudad a otra y de un país a otro. Rápidamente la competencia les copió e intentaron ponerle trabas para que no pudieran distribuir su producto, pero parece que esto no les ha parado.

Se abre el mercado de las ginebras frutales y empiezan a copiar a Puerto de Indias, la expansión internacional ha llegado.

Podemos decir que los aciertos fueron casi por casualidad y que es difícil encontrar un patrón para repetirlo. A toro pasado es fácil explicar el acierto, lo difícil siempre es acertar antes de saber qué va a funcionar y qué no.

Si nos centramos en los que ellos mismos reconocen como aciertos señalan el haberse focalizado en un público que no gustaba del sabor alcohólico fuerte e incluso que antes no bebía espirituosos y también el haber elegido un precio muy competitivo.

Un ejemplo en el que inspirarse, donde mantenerse siempre abierto a buscar alternativas, ideas, ser creativos ante los problemas que nos sucedan.

Porque ser creativo es encontrar soluciones a nuestros problemas.