Individuos frente a Equipos: Porqué potenciar a los individuos y cómo hacerlo

Vivimos en una era donde el equipo está en el centro del universo. Exacerbado su papel en la consecución de cualquiera de los logros que nos marquemos en nuestros proyectos o productos, el equipo se ha alzado al trono del desarrollo de cualquier cometido sin importar la industria o el sector en el que nos encontremos, pero… ¿y que pasa con los individuos? ¿No son, no somos, tan importantes como los equipos? Vamos a ver un par de reflexiones sobre ello.

Mucha gente piensa que el dogma ágil en el que se ha transformado el manifiesto ágil sublima el equipo por encima de todo y de todos, pero si recuperamos el primero de los valores del manifiesto dice:

• Individuos e interacciones sobre procesos y herramientas

Dice individuos no equipos.

¿Qué dicen los principios? Nos encontramos tres que hacen referencia al equipo:

• El método más eficiente y efectivo de comunicar información al equipo de desarrollo y entre sus miembros es la conversación cara a cara.
• Las mejores arquitecturas, requisitos y diseños emergen de equipos auto-organizados.
• A intervalos regulares, el equipo reflexiona sobre cómo ser más efectivo para, a continuación, ajustar y perfeccionar su comportamiento en consecuencia.

En los principios si parece que el equipo sea el medio de conseguir los objetivos, pero vale recordar que…

Puede parecer que no, pero por mucho que se hable del equipo en los principios y se trate de presentar como una únidad mínima de proyecto (o producto), realmente la unidad mínima es el individuo.

¿Qué quiero decir con esto? Que no funcionamos como una mente colmena donde todos los miembros del equipo por el hecho de serlo hacemos todo exactamente de la misma forma, entendemos todo al mismo momento y somos totalmente compatibles.

Lo que me refiero es que puntos tan sencillos de entender de los principios del manifiesto ágil como equipos autoorganizados son tremendamente difíciles de conseguir en la realidad, ya que dependemos de los individuos. Y que como individuos la forma más frecuente de organizarnos es que alguien se convierta en el líder y el resto le siga.

El individuo es el que determina el comportamiento del equipo, por eso el individuo es el que está en el centro de la dirección de proyectos (y de productos).

Por eso, no debemos olvidar potenciar a los individuos, por ejemplo en función de su naturaleza como vamos a ver ahora.

Las personas tenemos varias formas de ser que podemos describir de forma rápida por los dos extremos de introversión y extroversión. La realidad es que cada uno de nosotros nos encontramos en un punto entre los dos extremos, por lo que actuamos bajo determinadas circunstancias de una forma u otra.

Los introvertidos tienen una vida interior más rica, piensan las cosas internamente, sin comentar con nadie, sin hablar con los demás.

Los extrovertidos son justo lo contrario, necesitan de la conversación con otros para pensar, necesitan el contacto e intercambio con otros.

En la toma de decisiones las personas que tienen cierto nivel de introversión pueden intentar evitar expresar su opinión cara a cara frente a otros. Puede que no quieran herir sus sentimientos o puede que no sean tan “echadas palante” como para hacerlo: esa comunicación es una barrara para ellas.

¿Eso es malo? No sé ni bueno ni malo, es, por lo que tendríamos que habilitar los mecanismos adecuados para lidiar con ello para evitar que los extrovertidos monopolicen la toma de decisiones en detrimento de los introvertidos (recuerda lo que te comentaba de los distintos grados de cada uno).

¿Hay que prohibir la toma de decisiones por parte de los extrovertidos? La realidad es que no, lo que hay que hacer es darle la oportunidad de expresarse a los introvertidos, por lo que si sabemos de antemano que una forma de comunicación cara a cara les puede cortar que se expresen debemos procurar iniciar las conversaciones de otra forma: que cada uno aporte ideas por correo o que usemos algunas dinámicas como Brainwriting.

Si tenemos un equipo en una sala diáfana, abierta junto a otros equipos con una cantidad ingente de ruido e interrupciones. Donde una persona que esté sentada en su sitio escucha las conversaciones de negocio (¡que bien!) y las de pasillo y las de quien va por agua, y las de quien va por un café…

Además alguien le manda mensajes por Slack, por el chat de Whatsapp, por el Teams y le manda una videoconferencia y otra videoconferencia se escucha al fondo.

¿Te podrías concentrar en esa jungla? Yo te aseguro que no.

Si a ello añadimos que muchos de esos individuos son introvertidos les penalizamos mucho más.

¿Debemos condenarnos a ponernos unos auriculares y música a todo trapo para no escuchar nada?

La concentración es un bien muy escaso. Debemos cuidarla y debemos respetar los espacios de concentración.

El cometido de los individuos de un proyecto, de un producto, no es comunicarse, no sólo es comunicarse, es conseguir software funcionando o sacar adelante la tarea que tenga valor para tu proyecto. Ese tiempo debe respetarse y no interrumpirlo con notificaciones innecesarias y con ruidos y molestias alrededor.

Estos puntos son solo algunos para ponerlos como reflexión sobre la necesidad de potenciar al individuo y no sólo al equipo. La idea no es que el individuo esté por encima del equipo, es que hay que cuidar el individuo antes que al equipo, porque si el individuo no está bien el equipo no lo estará.

En cuanto el individuo esté bien hay que canalizar su potencial, todo su potencial, hacia los objetivos del equipo, intentando que todos interaccionen de la forma más eficaz posible y para ello hay que eliminar muchos elementos de distracción.

Sólo he apuntado algunos de ellos, ¿se te ocurren algunos más?