Dime qué es la piedra para ti y descubrirás quién eres

Puede que no te atrevas porque lo mismo lo que descubres no te guste del todo. Pero si me dices qué es la piedra para ti, descubrirás quién eres y eso aunque lo parezca no es poco. ¿Te atreves?

Hace unos días un buen amigo compartió conmigo por una de esas maravillosas aplicaciones de mensajería instantánea una imagen que contenía el siguiente texto. Léelo con atención y elije qué es la piedra para ti… si miedo, pero con decisión…

ÉL

El distraído tropezó con ella.
El violento la utilizó como proyectil.
El emprendedor construyó con ella.
El campesino, cansado, la utilizó de asiento.
Para los niños, fue un juguete.
David, mató a Goliat y Miguel Ángel le sacó la más bella escultura.

En todos estos casos, la diferencia no estuvo en la piedra, sino en la persona.

ELLA

La distraída tropezó con ella.
La violenta la utilizó como proyectil.
La emprendedora construyó con ella.
La campesina, cansada, la utilizó de asiento.
Para los niños, fue un juguete.
David, mató a Goliat y Miguel Ángel le sacó la más bella escultura.

En todos estos casos, la diferencia no estuvo en la piedra, sino en la persona.

Quiero que te quedes con la última frase. Vuélvela a leer.

En cualquiera de los casos la diferencia estuvo en la persona, la piedra siempre fue lo mismo. La idea de cómo usarla, la idea de cómo utilizarla, la idea de qué hacer con ella siempre fue decisión de la persona que la observaba.

Y tú, ¿Has elegido la piedra correcta?

Esa es la cuestión que debes trasladar a tus proyectos, ¿enfrento los problemas de la forma correcta? ¿enfrento las dificultades de la forma que debo?

No, no es buenísmo exaltado a la categoría de religión, sino más bien recordarte que el camino más rápido hacia la derrota es darte por vencido. Porque, en ese caso, el obstáculo no tendrá que hacer absolutamente nada para derrotarte, ya lo haces tú.

Por eso, cuando venga un problema, dale una vuelta, cambia de perspectiva, piensa en la piedra, en cómo cada persona la veía con ojos distintos, en cómo para algunos era un impedimento y para otros una solución, en cómo para unos daba descanso y para otros permitía conseguir sus objetivos. Porque gran parte del camino comienza con nuestra actitud y aunque no sea la única condición para que triunfemos, si es necesaria para hacerlo.

La próxima vez enfrenta las cosas de otra forma. Que no te detenga una simple piedra. Cógela, mírala y conviértela en parte de la solución.