24
2020
Ni certificación, ni años de experiencia, ni ser influencer ¡lo importante es el Por qué!
Léelo aprox. en 5:51 minutos.
Hace poco leía un debate en twitter sobre la poca o mucha importancia que tienen los años de experiencia. Por otro lado, el debate sobre la validez de las certificaciones lleva algo más de tiempo puesto encima de la mesa ¿son válidas, nos sirven de algo, se coleccionan? Ninguna de las dos cosas tienen importancia, lo único que importa es el por qué y voy a tratar de que lo veas. ¡Sígueme!
No importa…
ni poseer una certificación (da igual la que sea),
ni tener una experiencia de 330 años en desarrollo de producto, desarrollo de software, en diseño, en UX, en Agilidad, en…
ni ser un gurú, un influencer, una prima dona de la dirección de proyectos ontológicos moleculares de ritmo sísmico interdimensional.
¡Que no! ¡que no! ¡que lo único importante es el por qué!
Nada de eso por sí mismo, da más valor a tu opinión.
¿Quieres llevar tus Proyectos a otro nivel?
¿Las vas a dejar escapar? ¡Quiero ser el mejor! ¡Quiero ser la mejor!
Lo que da valor a una opinión es el Por qué, la razón o razones por las que es válida, ni más ni menos.
Lo primero, para los iluminados y las iluminadas, no estoy en contra de las certificaciones. Me parece que las certificaciones tienen el valor de ofrecerte la oportunidad de ampliar tus conocimientos sobre un tema en cuestión, el que quieras, ya que existen certificaciones para todo (he descubierto que hasta de OKR).
Es el efecto examen. Hay una fecha y para ese hito sí o sí debes aprender un contenido y esto te permite la oportunidad de robar tiempo al resto de tus quehaceres para aprender sobre ese material y reflexionar sobre ello.
Punto.
También te permite que al dominar ese material y conocer los términos que se utilizan puedas hablar con otra gente y entender perfectamente de qué estais hablando: qué es un product owner, un scrum master, un stakeholder o un patrocinador.
Punto.
¿Es alguien más listo, más trabajador o más guapo por haber pasado una certificación?
No.
¿Qué sucede entonces?
Lo que pasa es que en los procesos de selección, las personas que lo realizan no tienen ni la más remota idea de cuales son las capacidades por las que tienen que preguntar ¿Project Scrum Master? ¿Producto Manager Owner? ¿PMO junior? Pero en cambio es muy sencillo preguntar si tienes la certificación XXX, YYY o ZZZ. Es muy sencillo y muy fácil de comprobar.
Lo difícil es hacer lo que hace Auttomatic ( empresa detrás de WordPress) o 37 signals (empresa desarrolladora de Basecamp) donde contratan de forma parcial a alguien para llevar un proyecto a cabo y al final del proyecto evalúan como lo ha realizado.
¿Por qué lo hacen? Porque lo importante no es que tengas una certificación, sino lo que eres capaces de hacer con lo que has aprendido.
Lo hacen porque lo importante es el por qué.
La experiencia es incluso peor que las certificaciones. Hay gente que como toda presentación pone 20 años de experiencia en la dirección de proyectos, 30 años, 40 años,…
¿Tiene esto algún valor añadido?
Pues la cuestión es que depende.
Por sí mismo no lo tiene. Haberse dedicado 30 años a una misma cosa puede significar desde que lo has hecho tan mal que has tardado 30 años en aprender hasta que tienes tan pocas ambiciones que llevas 30 años haciendo lo mismo pasando por que eres una persona supermetódica que has desarrollado un método de mejora continua que llevas aplicando a tus proyectos todo el tiempo.
Pero, ¿cómo podemos saberlo únicamente con el dato de años de experiencia?
No lo podemos saber.
Eso sí, es una métrica muy socorrida, no sé lo que sabe este tipo o esta chica, pero lleva la intemerata dedicado a hacerlo y claro tanto tiempo tiene que tener un valor.
Lo malo es que asociamos tiempo dedicado a realizar algo, con tiempo que nos convierte en expertos y esto es una cuestión diferente.
Te recomiendo que leas el libro de Daniel Kahneman Pensar rápido, pensar despacio donde argumenta que durante todos los años de sus investigaciones han llegado a la conclusión de que los expertos no existen.
Bueno, no existen para todos los entornos o, dicho de otra forma, sólo hay entornos donde los hechos son predecibles y, por tanto, ahí si pueden existir expertos en base a la experiencia, pero hay otros entornos en los que no es posible realizar predicciones. Mostraba el dato de las predicciones de las elecciones en EE.UU. donde los teóricos expertos eran capaces de acertar lo mismo o menos, que gente recién graduada sin experiencia ninguna. Para más INRI los expertos que menos acertaban eran los que hablaban por televisión.
Entonces, ¿por qué seguimos consultando a los expertos en política para que nos expliquen los datos de las elecciones?
Sencillamente porque…
Me explico. Nadie daba un sólo dólar por Trump para las elecciones a la presidencia del gobierno de los EE.UU., pero todos los analistas fueron capaces de explicar y razonar los motivos que llevaron a que lo fuera. Si estaba tan claro, ¿por qué no nos lo dijeron antes? Porque no estaba tan claro y porque lo importante es el…
¡Por qué!
Los influencer de los proyectos, los gurú de la gestión campan por doquier. Tienen sus fieles seguidores tanto lovers como haters y todos contentos. Hacen una presentación en una charla que es una auténtica bazofia, pero da igual la gente les aplaude, les vitorea y exclaman ¡esto es canela en rama!
Esto se llama peloteo, que diga, efecto Halo.
Dicho de forma rápida se da cuando atribuimos un conocimiento sobre un área a una persona, porque tiene conocimientos o capacidades en otra.
Por ejemplo, prestamos atención a la opinión política de un astrofísico porque es premio Nobel. Con un ejemplo más facilito, prestamos atención a la opinión política o científica de un futbolista porque es un jugador estrella a nivel mundial.
Pero el efecto Halo es un sesgo cognitivo, vamos que es un error atribuir conocimientos que no ha demostrado a una persona. ¿Y que podemos hacer?
¡Lo importante es el por qué!
¡Lo importante es el Por Qué!
¡Lo importante es el POR QUÉ!
Cuando alguien te dé una opinión, te dé una instrucción, te diga que tomó una decisión pregúntale el por qué.
Si de verdad sabe lo que está haciendo no tendrá un único por qué, sino que tendrá varios.
Pregúntaselo, porque te hará aprender con la justificación o en su defecto aprenderá él cuando le des un argumento que lo invalide.
Ofrecer feedback, compartir lo que se conoce, incluso si hace temblar los cimientos de nuestras ideas, es bueno. Porque si nuestras ideas tiemblan, pero no se caen estarán sustentadas por buenos cimientos, estarán sustentadas por buenos por qués!
Porque lo importante…
es el por qué!
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3 Comentarios+ Escribir Comentario
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Excelente Julián, gracias.
En España sufrimos de titulitis no?
Están aquellos que se intercambian reconocimientos. En el Congreso itXXX te doy un reconocimiento profesional.. y luego tú me nombras a mi entre los 50 tops… de lo que sea. Y van los idiotas a felicitarlos en cadena…
Muy de acuerdo con lo que manifiestas respecto de los procesos de selección.
[…] La importancia del por qué […]