¿Tienes Ikigai? ¿Tu equipo tiene Ikigai? Pues lo mismo andais un poco perdidos

¿Sabes que es el Ikigai? Pues es algo que afecta directamente al rendimiento de tu equipo, y al tuyo, dentro de tu proyecto. Cuando lo conozcas ya no podrás estar sin él. Vamos a verlo.

Ikigai es un término japonés. Como muchos término tan sonoros de este idioma se ha tomado prestado en occidente y suena cada vez de forma más recurrente, pero… ¿qué es ikigai? ¿en qué consiste?

La palabra ikigai se compone de “iki” que significa vivir y “gai” que significa razón.

Si tuviéramos que buscar una definición podríamos recurrir a la que utiliza Ken Mogi en su libro Ikigai esencial:

Es la razón para levantarse cada mañana, para encontrar el placer, la satisfacción personal en las actividades cotidianas, sea en el trabajo o en el ocio.

¿No te parece algo deseable? Una forma de entenderlo mejor es la ceremonia del té.

Esa ceremonia con unos pasos determinados, con una forma exacta de hacerlo todo, con unos tiempos determinados que no pueden alterarse. Desde nuestra perspectiva occidental una pérdida de tiempo para algo que se puede realizar en 5 minutos. ¿Por qué invertir entonces ese tiempo?

Sen no Rikyu, el creador de la ceremonia del té en el siglo XVI, la concibió para disfrutar plenamente del momento presente y obtener placer de ello, prestando atención a cada uno de los detalles de la ceremonia, por nimio que éstos sean.

Esto es el ikigai, el disfrutar de lo que estás haciendo el disfrutar haciéndolo cada vez de la mejor forma posible.

El ikigai es esa razón que hace levantarse cada mañana a millones de personas en Japón para hacer lo que tienen que hacer. Esa razón puede ser “hacer lo que uno hace de la mejor forma posible”, como ser el mejor chef de sushi de Japón e ir innovando en las técnicas para realizar los cortes o para tratar el pescado, los mariscos, los pulpos para conseguir texturas y sabores que nunca otra persona ha sido capaz de lograr.

¿Un ejemplo? Jiro Ono considerado el dueño de uno de los mejores (si no el mejor) restaurante de sushi del mundo. Lo ha logrado teniendo únicamente sitio para 10 personas y estando dentro de una parada del metro de Tokio. Esto que pudiera ser una limitación, a través del ikigai, de la búsqueda de esa razón de vivir le ha hecho lograr que hasta Barack Obama coma en su local.

Si tienes interés en conocer la historia de Ono te recomiendo un documental que Netflix le dedicó Jiro Dreams of Sushi. En el mismo podrás ver con detalle hasta donde llega su ikigai, su razón para levantarse cada mañana a sus 94 años de edad. Algo de lo que deberíamos tomar todos buena nota. Ese impulso interior, esa búsqueda de perfección, ese saber disfrutar de cada momento es lo que debemos buscar para nuestro proyectos.

En nuestro modo occidental de ver la vida probablemente lo llamaríamos responsabilidad, pero el ikigai va algo más allá de ser responsabilidad es una razón para vivir. Como muestra también la cadena de fruterías Sembikiya donde su producto estrella el muskmelon cuesta como mínimo 20.000 yenes (unos 155€).

¿Por qué cuesta tanto? ¿Quizás un precio exagerado? Porque buscan la perfección y puestos a buscarla dejan sólo un único fruto en la mata, para que concentren el sabor en una única pieza, a parte de dedicarle otros cuidados especiales, como por ejemplo colocarles un sombrero para protegerlos del sol. ¿Por qué estos cuidados? Por el Ikigai la razón de seguir adelante, la razón de hacer algo como hay que hacerlo.

Profundizando algo más en lo que es el ikigai podemos ver en qué se basa. Según la definición de Ken Mogi el ikigai tiene 5 pilares fundamentales:

• 1. Empezar con humildad. Es algo vital que debemos llevar a cabo. No creernos más que nadie, ni menos, sino exactamente iguales a los demás
• 2. Renunciar al ego. En un proyecto lo podríamos trasladar al cambiar el Yo por el Nosotros. Esto se ve muy claramente en un equipo de fútbol: por mucha estrella que haya, si no trabajas en equipo no conseguirás los objetivos. La dirección de proyectos es un trabajo de equipo no lo olvides.
• 3. Armonía y sostenibilidad. Todo debe fluir, tener sentido, ser sostenible. Nada de imposición y fuerza porque si no su vida será efímera.
• 4. El placer de los detalles. Poner mimo y cuidado en cada uno de los puntos que parecen insignificantes, pero que para quién sabe fijarse en ellos trasmiten mucho más que el resto. Esa persecución de la excelencia en lo que nadie se fija (de forma consciente).
• 5. Ser consciente del momento presente, del aquí y el ahora. Nuestra vida acelerada y de ritmo frenético no nos deja demasiado espacio para centrarnos en esto. Es un hecho que marca la diferencia, ser capaz de prestar atención al ahora y de prestársela únicamente a él. Es una de las disciplinas más difíciles de dominar.

Como ves son unos pilares que casan muy bien con la filosofía japonesa de la vida y que nos pueden ayudar también en nuestros proyectos.

Ahora buscar el ikigai de tus proyectos y consigue que tu equipo lo desarrolle.