28
2019
Lo que nadie se ha atrevido a decirte de por qué no aprendes
Léelo aprox. en 4:03 minutos.
¿Por qué no aprendes? ¿Por qué te cuesta llegar al final? ¿Los profesores? ¿Tu empresa? Hoy te voy a contar lo que nadie se ha atrevido a decirte de por qué no aprendes.

La cuestión de la que te hablo hoy, me surgió el otro día en un debate improvisado sobre este vídeo de Toni Nadal. Es una charla que impartió Toni Nadal, tío de Rafa y su entrenador durante muchos años, en el TEDx Malagueta sobre el valor del esfuerzo.
La discusión giró entorno a que había una contradicción en lo que Toni decía. Por un lado indicaba la responsabilidad del jugador y no del entrenador en su mejora continua y, por otro lado, indicaba que disponer del mejor entrenador era una ventaja definitiva. Dicho de otra forma, era un contrasentido decir que era importante tener el mejor entrenador, si lo importante era el jugador y no el entrenador.
Para mí no hay contrasentido, tiene todo el sentido del mundo y es lo que te voy a contar hoy.
La cuestión se resume en ¿quién es más importante a la hora de aprender el maestro o el alumno?
Aquí surgen argumentos como que con un buen maestro todo es más sencillo y que hasta el peor alumno es capaz de aprender, pero esa no es la cuestión. La cuestión es ¿quién es más importante a la hora de aprender el maestro o el alumno?
Llevémoslo a los extremos.
¿Quieres llevar tus Proyectos a otro nivel?
¿Las vas a dejar escapar? ¡Quiero ser el mejor! ¡Quiero ser la mejor!
Imagínate el profesor o la profesora más maravillosos del mundo. ¿Qué características tiene? Las que tu quieras: paciencia infinita, lenguaje amable, palabras de aliento a cada segundo, comprensión inagotable, impasible al desánimo,… y ahora ese profesor se enfrenta a un alumno, a un alumno espacial, a un alumno que no quiere aprender, un alumno que hace lo imposible por no enterarse de lo que le explica.
No vale pensar en que es tan bueno que logra convencerlo, estamos hablando de un caso extremo, el alumno pasa totalmente de aprender nada. El resultado será que NO APRENDERÁ NADA.
Vayámonos ahora al extremo contrario.
Un profesor nefasto, ni sabe explicar, ni sabe lo que está contando, usa un lenguaje pesado, se salta la mitad de las explicaciones, supone la otra mitad, los apuntes no sirven de nada, es un desastre, … y ahora se enfrenta a un alumno que necesita aprender, que necesita aprobar, que tiene que hacerlo con todas sus ganas, pues salvo que el profesor haga trampa en los exámenes ese alumno lo logrará. ¿No te encontraste nunca con un profesor así en tus estudios?
Es cierto que en la realidad tenemos situaciones que están en el punto medio, ni lo uno ni lo otro, pero estos extremos lo que nos dejan claro es quién es realmente importante en esta relación entre alumnos y maestros.
Y si todavía no te queda claro, mira quién es responsable de tener una botella de agua para el día siguiente ¿la madre o la hija?, como nos muestra magistralmente Fred Kofman en este vídeo.
La cuestión eres tú, tú tienes que preocuparte por tu formación, porque el que al final se va a formar o no eres tú. Al resto le va a dar igual lo que hagas con tu vida, a ellos no les va a afectar.
Es una cuestión de Locus de Control de entender si eres el actor que define lo que te sucede o eres una mera comparsa que se deja llevar por los designios del destino.
La cuestión no es quejarse y quedarse con los brazos cruzados. La cuestión no es echarle la culpa a la mala suerte, de echar la culpa a alguien que no seas tú. La responsabilidad de tu formación es tuya, la responsabilidad de tu vida es tuya.
Por eso, ejerce tu responsabilidad eligiendo a los mejores maestros, porque ellos pueden hacer multiplicar tu potencial, pero como hemos visto sin tu potencial ellos no pueden hacer nada.
Ejerce tu responsabilidad eligiendo lo que quieres aprender, eligiendo la dirección de tu aprendizaje, eligiendo los temas sobre los que deberás avanzar y deja a un lado lo que te quieran enseñar desde fuera si no es lo que quieres.
Ejerce tu responsabilidad para dejar de quejarte y tomar las riendas de tu formación.
Por mucho o poco que nos guste, la responsabilidad última es del alumno, del que quiere aprende. El tiene la potestad para irse a tomar una cerveza después de clase o sentarse a estudiar los conceptos que se le atascan. Tiene la potestad para buscar ayuda de alguien que le pueda ayudar a resolver esos casos que no entiende tan bien o irse a la playa.
La potestad es tuya que no te la quite nadie.
Qué nadie te robe el protagonismo en tu propia vida.
¡Sigue luchando!
Y esto aunque no te guste es la verdad.

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Estimado Julián, que desagradable artículo pero realmente cierto. Aquí el responsable de avanzar es uno mismo. Gracias por el aporte.
[…] ¿Decides o Sufres? […]