Para todos nosotros los genios tienen muy buena prensa. Quedan muy bien en las fotos y en las historias que podemos contar de su superación, pero lo que nos ocultamos a nosotros mismos es que no son realmente los genios los que terminan las grandes obras, porque el genio comienza las grandes obras, pero…
Ya lo sabes, no hace falta que te lo repita. Creemos demasiado que las grandes obras, que los grandes proyectos que emprendemos los realiza una única persona, un genio.
Parece que esos genios son los únicos capaces de hacer que nuestro proyecto estrella, todo un reto para la organización, llegue a buen puerto, consiga el éxito absoluto, sólo esa persona lo logra, sólo él.
Pero la realidad no es esa.
La realidad se parece más a mucho trabajo duro realizado por muchas personas, personas que son capaces de ponerse en sintonía para lograr unos objetivos y determinar lo que tienen que hacer en cada momento para lograrlo.
Ese trabajo duro es el que logra el éxito en las grandes obras, no sólo el genio.
Piénsalo cuando comiences tu proyecto, la justa mezcla de genio y trabajo.
¡Hazlo!
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