Vídeo del Viernes: El silencio de los corderos y la navaja de Ockham

Tal y como comentamos ayer en nuestro Haiku semanal: “La explicación más sencilla suele ser la más probable (Navaja de Ockham)“, hoy presentamos un ejemplo y un anti ejemplo de este principio.

La formulación original “pluralitas non est ponenda sine necessitate” (la pluralidad no debería ser necesaria), nos lleva a pensar de forma que simplifiquemos las causas de los problemas que queremos resolver, en breves palabras “aplicar el sentido común”.

Nadie nos va a garantizar que la solución más sencilla sea la verdadera y os lo demuestro con un ejemplo que me pasó con un amigo.

Estábamos pasando un fin de semana todos los amigos y el sábado por la mañana se me ocurrió salir al pasillo del hotel para llamar a la puerta de la habitación de mi amigo. Toqué suavemente la puerta con los nudillos y mi amigo desde el interior de la habitación golpeó con fuerza la puerta, produciendo un gran ruido.

El responsable del hotel, subió a nuestra planta y al observar el pasillo, solo me vio a mi, tocando la puerta. El señor aplicó el principio de Ockham y me echó una buena charla. Dio por verdadera la hipótesis más sencilla y probable, el culpable era yo. Aunque la realidad fue que el culpable fue mi amigo. (Anti navaja de Ockham).

Con el Vídeo del Viernes queremos traeros un ejemplo sobre el uso de la Navaja de Ockham. Jose Manuel Psicosofia, nos presenta este ejemplo sacado de una escena de la película “El Silencio de los corderos”, con preguntas directas y eliminando todo tipo de suposiciones, poco a poco se va descifrando el perfil del asesino.