¿Perteneces a una empresa que vende productos o servicios y quieres más clientes? ¿Te has parado a pensar cuál es la misión y el propósito de tu negocio? No sólo se trata de ir puerta a puerta a buscar clientes, si no que previamente debes pensar en la misión y en el propósito de tu negocio.
Y no pienses que por utilizar la palabra negocio, tu proyecto no está incluido en él. Tu proyecto sirve para el negocio de tu empresa y tienes que tener claro en que consiste.
Ya le hemos dedicado algún que otro artículo a Peter Drucker como por ejemplo la peor decisión que puedes tomar es... o el pensamiento sobre los knowmad.
Según Drucker antes de comenzar tu captura de clientes debes invertir tiempo en descubrir la misión y el propósito de tu negocio y para ello propone tres preguntas sencillas.
Eso sí, tan sencillas preguntas que no resultan ser contestadas como deberían, ¿hay algo más dificil de caer en ello que lo obvio?
Sí, que no te parezca una pregunta retórica por sabida. Trata de observarte desde fuera, desde el punto de vista de tus clientes y del mercado.
¿Cómo te ven ellos? ¿Qué creen que vendes? ¿A qué creen que te dedicas?
Si no sabes que es lo que piensan ellos, ¿qué puedes hacer?
¡Exacto!
Preguntarles.
¡Hazlo! y averigua como te ven.
Relacionada con la pregunta anterior. Si no sabemos quién es o quienes son nuestros clientes: ¿como vamos a saber el propósito y misión de nuestro negocio?.
Saber quién es nuestro cliente es conocer quienes son los que van a comprar nuestro producto o nuestro servicio.
La respuesta no tiene que ser única si no que podemos tener clientes de varios tipos: necesitas conocerlos a todos.
Ya sabes a qué te dedicas y quién es tu cliente pero ¿le das lo que el entiende por valor?
No todos los clientes entienden por valor lo mismo, no todos tus clientes deben entender lo mismo por valor.
Si tengo un parque de atracciones y una de las atracciones está orientada a jóvenes, mi cliente serán los jóvenes y sus padres.
Los primeros buscarán aventura, riesgos, diversión.
Los segundos buscarán diversión con seguridad.
El valor para ambos es diferente y debo entenderlo para poder dar a cada uno lo que quiere.
Si sé a que me dedico, quién es mi cliente y qué es lo que él entiende por valor, puedo orientar mi oferta adecuándola a todos estos parámetros.
También puedo corregir un error en mi estrategia o, incluso una visión externa no alineada con lo que realmente quiero ofrecer de mi empresa.
Conocer es poder.
¿Tienes clara tu misión y tu propósito? ¿Lo que buscan y quieren tus clientes?
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