25
2013
¿Serías capaz de triunfar trabajando con tu enemigo? Caso real JJOO Sydney 2000
Léelo aprox. en 2:42 minutos.
Hoy presentamos un caso real que sucedió en los JJ. OO. de Sydney 2000, que nos lanza una pregunta interesante: ¿serías capaz de triunfar trabajando con tu enemigo? ¿cómo llegan a afectarnos nuestras relaciones personales en el trabajo? ¿somos capaces de superar esas barreras y llegar a triunfar y lograr los objetivos?
Con los Juegos Olímpicos de Sydney 2000 a la vista todos los países intentaban posicionar a sus atletas para lograr el mayor número de medallas posibles. A Canadá se le abrieron los ojos ante el sueño de juntar a dos buenos jugadores de dobles de tenis (Daniel Nestor y Sebastian Lareau).
Pero tenían varios problemas que solventar antes de poder juntar a estos dos jugadores. En septiembre de 1999, Sebastian Lareau había salido ganador del US Open en Nueva York con su compañero estadounidense Alex O’Brien. Por su parte, Daniel Nestor jugaba los torneos de dobles con su gran amigo Mark Knowles, nacido en Bahamas.
Pero ese no era el principal problema… Nestor y Lareau se conocían desde hacía mucho tiempo. Con una diferencia de edad de menos de un año, eran dos de las mejores promesas del tenis canadiense, uno de Ontario y otro de Quebec. Se veían en todos los campeonatos nacionales, pero nunca fueron compañeros y mucho menos podríamos decir que eran amigos.
Lareau tenía un propósito en su cabeza y lo quería por encima de todo: ganar la medalla de oro de los Juegos Olímpicos. El primer paso era romper con su pareja y empezar a jugar torneos con Nestor.
Nestor vivía en Bahamas, jugaba con su íntimo amigo y llevaba una trayectoria ascendente en su carrera profesional. Su primera respuesta fue negativa, no quería jugar con Lareau.
Pero Lareau vendió la idea y Nestor finalmente la compró, el sueño parecía que se podía hacer realidad. Ahora solo quedaban los Woodies (Mark Woodforde y Todd Woodbridge) en el horizonte para alcanzar la gloria del olimpo.
18 de septiembre de 2000, final de dobles de tenis, en un lado de la red los jugadores canadienses Lareau y Nestor, en el otro los locales Mark Woodforde y Todd Woodbridge, y toda la grada, todo un país animando a los suyos.
Lareau y Nestor ganaron ese partido a los número 1, a los más que favoritos. ¡Habían logrado el triunfo!
Fue una separación sin dolor, Lareau y Nestor ya no volvieron a jugar nunca más juntos. Nestor volvió con su gran amigo y levantó todos los trofeos posibles (Open de Australia, Open de Estados Unidos, Roland Garros, Wimbledon). Pero los dos lucharon por un objetivo y lo lograron.
Seguramente en el caso de Lareau y Nestor existieron otros aspectos que influyeron en su decisión de jugar juntos, luchar por un país, luchar por conseguir éxitos personales, incluso el tema económico. Pero los dos consiguieron superar sus diferencias personales, sumar esfuerzos y lograr un brillante triunfo.
¿Somos capaces de superar estas diferencias en nuestros equipos de trabajo? ¿Somos capaces de sumar horas de trabajo igual que ellos sumaron muchas horas de entrenamientos y de partidos?
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19 Comentarios+ Escribir Comentario
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“nadie triunfa si un proyecto fracasa”…no se de quien es la frase. Pero lo valioso que pudieron entender, que juntos podian lograr mas que cada uno por su lado.
Ojala todos podamos encontrar la forma de motivar en la diferencias.
Saludos Amalia
De los fracasos también aprendemos y si los sufrimos en nuestra propia carne, todavía más.
En muchas situaciones he visto fracasar proyectos por no remar todos en la misma dirección.
Gracias Amalia por tu aportación
Salu2
Pablo
Creo que si se puede siempre y cuando los interes personales no interfieran y ambos se unan a una sola causa; el problema normalmente se origina cuando sólo uno de ellos quiere sobresalir o ganar; desgraciadamente existe mucho egoismo en el mundo profesional, pero hay que conocer bien y saber elegir el grupo de trabajo con el que vas iniciar un proyecto para evitar mayores inconvenientes.
Kateryn, muy buena aportación. Desde el punto de vista profesional hay que saber construir un equipo y que todos rememos en la misma dirección, esa es la clave. Independientemente de aspectos personales.
Como Jefes de proyecto la resolución de conflictos es una de las actividades que se deben llevar a cabo
Gracias
Salu2
Pablo
dormir o convivir con el enemigo, es un riesgo que debe prender alarmas porque en cualesquier momento te puedes llevar una sorpresa…que podría perjudicar tus metas.
nadie trabaja con enemigos..los equipos de trabajo se deben conformar con los amigos y no con los enemigos de sus causas…
Hola Carlos, yo creo que si trabajase con mis amigos llevaba a la ruina a la empresa. Estaríamos todo el día de cervezas y de risas.
En el trabajo hay que saber alcanzar los objetivos marcados, dejando de un lado las diferencias personales.
Gracias por tu aportación
Salu2
Pablo
Coincido con la opinion de Kateryn Yllescas (aunque no creo que sea posible conocer bien y saber elegir el grupo de trabajo ya que somos asignados a distintos Teams segun las necesidades de negocio); igualmente hay un enfoque que colabora mucho a permitirnos trabajar con el enemigo, y es el de estar: “orientados a objetivos”, cuando esto pasa, cada integrante del equipo hace su mejor esfuerzo para superar las diferencias ‘personales’ y lograr el exito del conjunto, y el que no realiza este esfuerzo es rapidamente encaminado por el resto, no hay lugar para triunfos individuales: o triunfan todos o ninguno….
He coincidido con la opinión de Kateryn y vuelvo a estar de acuerdo contigo Lidia. Difícil de conseguir, pero ese es el objetivo.
Gracias
Salu2
Pablo
Es una situaciòn muy dificil, si el enemigo no logra separar aquellas cosas personales de las profesionales y por el contrario enreda las unas con las otras. Èl querrà brillar màs y opacar al otro, està en pro de eso y no en pro de cumplir los objetivos del proyecto. Por experiencia lo sè, trabajar con alguien asì es una experiencia que no se la deseo a nadie. Lo mejor es siempre hablar claro, dejar las reglas del juego claras.
El jefe de proyecto debe saber gestionar las situaciones de conflicto. Hablar claramente con cada unas de las partes implicadas, si es posible juntar a ambas personas para llegar a un acuerdo (ya sea de forma puntual o general). Incluso, si la situación es insostenible plantear la disolución del grupo.
Gracias Adriana
Salu2
Pablo
Echo en falta al entrenador. Porque el triunfo, para mí, sin duda es de él, que consiguió que ellos formasen equipo a pesar de sus ansias individualistas de éxito.
Si trabajaría con un enemigo?. Sí claro. Pero no garantizo el resultado salvo que haya un buen entrenador al cargo. Porque mi experiencia es que si me ha tocado a mí ser el entrenador he “sudado” durante todo el proyecto, entrenando a los “estrellas” que me asignaron. Y si he sido yo el jugador no siempre mi “entrenador” ha conseguido trasladarnos entusiasmo por el proyecto. Esa falta de entusiasmo y el no trasladarnos que el éxito global sería de cada uno de nosotros, provocaba al final falta de espíritu de equipo y continuas fricciones que no siempre se manejaban, creando verdaderos conflictos para el proyecto.
La historia del entrenador no es tan bonita como lo que he escrito. Según mis fuentes la federación canadiense se dedicó a poner un cheque con números encima de la mesa para que jugasen juntos.
Incluso hay un ejemplo (en pádel), que los componentes del equipo entrenan por separado.
Muy buena tu gestión de riesgos Susana.
Gracias por tu aportación
Salu2
Pablo
Qué lástima Pablo. Había buscado el lado más romántico de la historia y en el fondo me has confirmado lo que he sabido siempre: al final todos somos meros mercenarios que por dinero somos capaces de todo. Incluso quizás de ser fieles a nosotros mismos.
Enhorabuena por vuestro blog.!
Errata: Incluso quizás dejar de ser fieles a nosotros mismos.
Con esto último no estoy de acuerdo.
Pero gracias por tu aportación Susana
Te añado un ejemplo de esperanza. Abre hoy cualquier periódico: “Consenso entre rivales” (http://www.elmundo.es/internacional/2013/11/27/5295872c63fd3dad458b4594.html).
Resulta que es posible triunfar con tu enemigo.
Gracias mil Susana.
Salu2
Pablo
Un artículo brillante, por su contenido. Ojalá pudiésemos aprender. Tengo la mala experiencia laboral de decir que en mi caso no es así. He vivido el fracaso de una unidad por un orgullo personal, que irracional!!….y así siguen las cosas. Hay personas que anteponen su palabra, su cargo, su “poder”, a cualquier cosa….que triste….
Muchas gracias Esther. Cierto que todos tenemos mucho que aprender. Si hemos escrito sobre este tema es porque es algo muy común y que sucede (desgraciadamente) en muchas ocasiones.
Salu2
Pablo
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