20
2013
Sorpresas en tus proyectos
Léelo aprox. en 2:42 minutos.
Las sorpresas pueden ser buenas o malas, pero dependiendo del contexto y de la forma de expresar la respuesta por parte del que las recibe, adquieren un valor u otro, positivo o negativo.
En el mundo laboral, preguntando a nuestros compañeros de proyectos si les gustan las sorpresas, lo más seguro es que duden en su contestación y te exigirán que aclares la situación que les propones.
Así que repetimos la pregunta: “¿Te gustan las sorpresas en tus proyectos?”.
Casi todos responden que prefieren no tener sorpresas, en los planes y actividades de trabajo se busca la seguridad de que todo vaya a funcionar con los mínimos imprevistos posibles. Incluso por parte de los responsables es un elemento muy valorado, así que tendemos a ser más conservadores en nuestras previsiones.
Pero fuera del trabajo las sorpresas suelen tener asociado un concepto positivo. Probad a preguntar a vuestra pareja si le gustan las sorpresas, solo con lanzar esa pregunta habréis ganado su consideración. Conozco a pocas personas que no le gusten estas sorpresas.
En nuestros proyectos profesionales existe mucho miedo a los cambios, pero ese no es el problema principal que debemos afrontar. Una mala gestión de los cambios sí que puede llegar a ser un problema. Los cambios existen, la volatilidad de los requerimientos cada vez es mayor, no solo porque se definan de forma incompleta, también el negocio nos exige cierta flexibilidad en nuestros procesos. La velocidad de adaptación a los cambios y el “time-to-market” son claves para lograr el éxito de un producto.
¿Qué elementos deben existir para haya sorpresas en nuestra vida?
En primer lugar y de forma evidente, es que alguien nos quiera sorprender, para bien o para mal, pero siempre habrá alguien que tenga la idea de sorprendernos. Pero no es el único elemento que debemos analizar y valorar, también cuenta nuestra actitud de dejarnos sorprender. Necesitamos ser flexibles y dejar libertad a los demás para que puedan evolucionar y aportar lo máximo al proyecto (“Win-win”, ganamos todos).
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¿Las vas a dejar escapar? ¡Quiero ser el mejor! ¡Quiero ser la mejor!
¿Sabemos dejarnos sorprender?
Un proyecto alcanza su final cuando se logra alcanzar los objetivos propuestos o por el contrario, cuando es cancelado sea cual sea la causa. Pero el alcance del jefe de proyecto no se limita únicamente a obtener un producto solicitado, una de las labores adicionales que debe cumplir un buen jefe de proyecto es el desarrollo del equipo del proyecto.
Para mejorar las competencias del equipo hay que dar libertad al equipo en la medida de sus capacidades. Saber adaptarse a los conocimientos y aptitudes de los miembros de tu equipo, tener una actitud de escucha y saber plantear desafíos y ofrecer oportunidades a cada uno de ellos. En definitiva, sembrar elementos para dejarnos sorprender.
Si nos fijamos en los avances que hemos logrado en nuestra vida, en todos existe el factor común, de nuestro esfuerzo y de la puesta en práctica de los aspectos aprendidos. Difícilmente logramos avanzar basándonos únicamente en comentarios o en elementos teóricos. Cuando los ponemos en práctica, con nuestros errores y aciertos, logramos aprender y mejorar. Este mismo método de aprendizaje es el que debemos intentar inculcar en nuestro equipo, dadles la oportunidad de equivocarse para que puedan darnos sorpresas. No hay que limitarlos únicamente a cumplir con lo establecido, todos podemos mejorar y aportar más, es la propia evolución y mejora de cada uno.
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Las “sorpresas” (en sentido amplio) son la salsa de cualquier trabajo creativo, frente a otros más rutinarios (no por ello peores ni mejores, por supuesto; a cada uno lo que le gusta). Supongo que si eres un artificiero las sorpresas no te gustarán, aunque como jefe de proyecto … Bien pensado, a veces el jefe de proyecto actúa de artificiero, pero eso es otra historia 😀
Creo que las sorpresas son en ese sentido buenas, por lo menos en el plano personal. Y lo que son sorpresas se van convirtiendo en cosas predecibles, por lo que siempre necesitas nuevas.
La única sorpresa que no tolero bien es cuando te falla alguien del equipo, un cliente o un proveedor, en el que tenías toda tu confianza depositada. Todas las demás sorpresas, por negativas que sean, pueden superarse. Pero ésta es de las que cuestan.
Un abrazo,
Ángel