Mourinho
¿Es Mourinho un buen jefe de proyecto? El actual entrenador del Real Madrid, al ser una figura pública, es susceptible de ser analizado desde diferentes puntos de vista. Independientemente de los gustos futbolísticos o los amores a unos u otros equipos, con este artículo queremos analizar a José Mourinho desde el punto de vista de la metodología de gestión de proyectos de PMI, ¿es o no es un buen jefe de proyecto?.
Estoy seguro de que Mourinho no conoce los 42 procesos de la dirección de proyectos, ni los 5 grupos de proceso, pero sí que tiene conocimientos y habilidades que ha adquirido a través de todos sus años de experiencia.
El primer punto que podríamos discutir es la selección del jefe del proyecto. ¿Qué es más importante, la capacidad técnica o la capacidad de gestión? Es la eterna pregunta que nos hacemos todos. ¿Es necesario haber sido jugador profesional para poder ser un buen entrenador? Seguramente el mejor director de proyecto deberá tener un poco de todo, del mismo modo que un entrenador que no haya dado una patada a un balón nunca será un buen entrenador.
Dentro del grupo de procesos de iniciación un aspecto importante es la identificación de los interesados (stakeholders) que pueden tener impacto en el éxito del proyecto. El Real Madrid es uno de los clubes más grandes del mundo (factores ambientales) y además del presidente, afición y jugadores, los medios de comunicación juegan un papel importante.
Identificar a los interesados no consiste únicamente en tener un listado de ellos. Es necesario conocer su poder, sus objetivos y su participación para así clasificarlos según su impacto en el proyecto (matriz de análisis de interesados) y finalmente establecer estrategias para darles respuestas.
Mourinho es una persona que quiere tener todo controlado pero quizás no se ha definido una buena estrategia para gestionar a los medios de comunicación y criticar a los jugadores en público tampoco ayuda a integrarlos en el éxito del proyecto.
Después del proceso de iniciación de la gestión de las comunicaciones tenemos que planificar, identificando a los responsables, los momentos y frecuencias, el tipo de información que se quiere transmitir y todo ello sabiendo que eres un empleado del Real Madrid.
El fuerte carácter de Mourinho le hace saltarse las planificaciones establecidas y al invadir las responsabilidades de otros, quizás por falta de delegación, él queda expuesto en exceso a las críticas de los medios de comunicación.
En la ejecución del proceso de gestión de las comunicaciones influyen mucho las habilidades personales y los estilos de comunicación. Prácticamente todos los jugadores que han trabajado con él lo defienden y eso no es fácil de conseguir. Ojalá todos pudiéramos decir lo mismo y tener una alta valoración como jefes de proyecto tanto en la parte técnica como en la personal.
En algunos momentos, su estilo de comunicación combativo e intimidante provoca una posición defensiva de los receptores de la información y esto no permite identificar las inquietudes de los interesados y anticiparse antes de que se conviertan en problemas.
Hasta el momento sólo hemos analizado el área de procesos de gestión de las comunicaciones y para llegar a la respuesta del título del artículo deberemos seguir profundizando en el resto de áreas.
To be continued…
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Muy elocuente este paralelismo entre ambos Roles.
Actualmente no. Un buen jefe de proyecto, nunca dejaría en evidencia a los miembros de su equipo. Nunca eludiría su responsabilidad ante los problemas. Si existen problemas entre los miembros del equipo, son también sus problemas; y él, es el responsable de dar la cara por sus chicos.
Los éxitos de un Jefe de Proyecto, nunca son propios. Siempre son los éxitos de los miembros del equipo. En la medida en que varios de los miembros de un equipo alcancen o no la categoría de jefes de nuevos proyectos, es en la que debe evaluarse la calidad como jefe de proyecto.
Por lo tanto, en la medida en que miembros del equipo se queden estancados en su carrera profesional o salgan del equipo por razones profesionales, es en la que debe evaluarse el fracaso de un jefe de proyecto.
Un Jefe de Proyecto que "quema" a su gente, que cuando hay problemas cambia el staff, o que sus objetivos son únicamente económicos y no crea valor añadido para su empresa (veo esto desde el punto de vista de una consultora) lo único que logra es el progreso propio, pero tarde o temprano llegará el momento en que haya trepado tanto por esa escalera, que abajo, no quede nadie sujetándola. Seguramente estén todos sujetando la escalera de otro proyecto, en la misma o en otra empresa.
Cuando hay problemas es cuando se ve la categoría de un buen Jefe de Proyecto. Se pone al frente, asume responsabilidades (no las reparte) y toma una actitud motivadora para el resto de los miembros. Comparte información, comparte responsabilidades (internamente) y asume riesgos a la hora de exigir a su staff lo que él da constantemente.
Si cuando hay problemas, cambias de capitán (véase referente funcional o técnico) lo que obtienes es un equipo descabezado, pues éste era su enlace con la jefatura del proyecto. Está muy bien que Mourinho confié más en Pepe, pero el equipo confía más en Casillas. No es el Jefe de Proyecto quien pierde los partidos, pero si forma parte del equipo. No es su tranquilidad lo que quiere el equipo. Es la confianza de tener a quien acudir. Y si a quien puedes acudir, siempre toma parte por la dirección, no acudirás.
Un buen Jefe de Proyecto tiene tres Facetas. Ante sus superiores, debe "vender" los éxitos individuales de su staff y los logros económicos de su gestión. Ante el cliente (el público) debe vender únicamente los éxitos colectivos (Objetivos alcanzados, Calidad Certificada... / Partidos ganados, Clasificación en la tabla...) Por último la faceta de Jefe de Equipo, respecto a los miembros del mismo, debe ser cercana, abierta, clara, y sobre todo motivadora.
Por desgracia es difícil encontrar el equilibrio. En la mayoría de las ocasiones, la presión del cliente/público sobre la dirección, hace que un mayor empeño en conseguir resultados tangibles de cara a la dirección, descuide totalmente al resto del equipo. En estas circunstancias es cuando se ve la talla de un JP.
En el caso de Mourinho, se ha salido por la tangente e incluso ha dejado entrever que tiene otras opciones profesionales. Lo que le convierte en una persona en quien no confían ni los directivos ni él equipo ni el cliente/público.
Claro que todos somos humanos y reconducir convenientemente estas circunstancias es lo que convierte a un buen Jefe de Proyecto en un Maestro de Jefes de Proyecto.
Esta es mi opinión. Claro que si alguien tiene mejores argumentos, siempre estaré en disposición de cambiarla.
Juan C.Cilleruelo